Maria Fernanda Cepeda Uribe

Agradecida por la presencia de cada uno de ustedes en mi blog, bienvenido sea.

Este es mas que mi mundo.

Eco cuento

María Fernanda Cepeda Uribe
11-6
ECO-CUENTO.
Una gran charla.

Una madrugada de Agosto, no más de las 4:00 am el sol estaba preparándose para salir poniéndose cada rayo y arreglándose su sonrisa, mientras la luna miraba el reloj impacientemente para ir a dormir, no veía la hora de terminar su trabajo. ¡UN MOMENTO! Grito doña nube angustiada y preocupada al ver que poco a poco la tierra se estaba desgastando.
La luna y el sol voltearon a mirar a doña nube impacientes por saber que ocurría, doña nube les dijo:
-Amigos, algo anda mal, la señora tierra me pidió ayuda y creo que la vi un poco cansada
-¿Qué clase de ayuda? Pregunto el sol
-Ella tiene la culpa, intervino la luna.
-¡Ella no tiene la culpa! Grito doña nube
-No peleen dijo el sol –Cada mañana y cada noche la que está en su trabajo es la señora tierra, siempre que me levanto me mira y me sonríe impaciente por recibir un poco de calor que yo le doy y al terminar mi turno recibe a luna con un fuerte abrazo dándole gracias por que puede descansar un poco.
-Sí pero ella no se cuida, deja que los humanos le hagan daño, ¡Ella tiene la culpa! Dijo la luna.
-Luna tienes que darte cuenta de que eso no está en las manos de la señora tierra, ella no tiene la culpa de que día a día sus aguas se estén deteriorando y sus tierras acabando, por culpa de los humanos, ella solo se mueve cuando le duele y a veces llora, pero cada cosa que ella hace, afecta a los humanos, dijo doña nube.
-Pero ustedes no se dan cuenta, nosotros nos encargamos de que los humanos vivan porque si no existe el sol, el frio que yo les doy de noche los puede asesinar y si no existo yo, el calor los puede matar, además necesitan a la señora nube para hidratarse al recibir cada gota de agua que ella les brinda y los humanos no valoran eso, dijo la luna.
-Pero luna nosotros no podemos decirles a los humanos que dejen de hacerle daño a la tierra eso no está en nuestro poder lo único que debemos, es hacer nuestro trabajo ya pronto será de día y que pasara si yo no salgo, que pensaran los humanos, dijo el sol.
-Dejen de pensar tonterías, mejor busquemos una solución para ayudarle a la señora tierra, deberíamos hacer una huelga, dejar de hacer nuestro trabajo hasta que los humanos lo valoren, dijo doña nube.

La luna y el sol estuvieron de acuerdo y por días dejaron de hacer su trabajo.
Llegando septiembre los humanos se dieron cuenta de que sus siembras no daban fruto, de que la noche no era nada sin la luna y el sol no daba el calor suficiente en el día, los arboles pedían ayuda y las aguas poco a poco se iban secando.
Un humano decidió subir a la luna para preguntarle qué podía hacer para que esto no ocurriera ya que en un par de meses dentro de la tierra no habitarían ni humanos ni animales.
La luna se dio cuenta de que su huelga tenía que llegar a su fin, porque si no existían humanos ni animales ella se quedaría sin empleo por el resto de su vida, así que volvió a hablar con doña nube y con el sol.
-¡REUNION! Grito fuertemente luna y en unos segundos apareció el sol y doña nube
-¿Qué paso? Pregunto el sol
-Los humanos se están dando cuenta de nuestra ausencia, ya me pidieron ayuda y si ellos se extinguen nosotros nos quedaremos sin empleo, la huelga debe terminar, dijo luna.
-No te contradigas luna, hace unos meses discutías para que esto ocurriera y ahora quieres que la huelga se acabe, los humanos son insensibles con la señora tierra y con esto la estamos ayudando.
-¡NO ME AYUDAN EN NADA! grito la señora tierra.
-Pero, pero… dijo luna.
-Muchachos, ayer en la tarde un humano hablo y me alago, dijo que yo era muy bonita para que entre ellos me acabaran y que tienen que cuidarme, yo les sonreí y hice que mis hijos los arboles les florecieran, dándoles así una muestra de mi afecto, ellos ya se dieron cuenta de su ausencia eso está claro, don Peter un humano, está luchando por mi y por todos ustedes, pero si ustedes dejan de trabajar, ¿Cómo harán los humanos para vivir?, dijo la señora tierra.
-¡Esta bien, seguiremos trabajando! Dijo el sol
-¡La huelga a terminado! Dijo luna
En octubre el sol, la luna y doña nube, decidieron trabajar fuertemente para recuperar los meses perdidos, para cuidar a los humanos y ellos luchar por la señora tierra.

Maria Fernanda Cepeda Uribe

jueves, 21 de marzo de 2013

Juana Maria Artesanias